El desafío de la competitividad en un contexto de fomento de la Agroindustria

El Desafío De La Competitividad En Un Contexto De Fomento De La Agroindustria

                                                                                               Gerardo Escudero Columna[1]

En el mundo de la nueva realidad post pandemia, los productos inocuos, sanos, nutritivos y de calidad son y serán cada vez más requeridos en los mercados locales, regionales, nacionales e internacionales y, en primera y última instancia, por los compradores de esos productos y especialmente por los consumidores finales. Por ello, la reactivación económica de Panamá encontrará en el sistema agroalimentario un aliado indispensable, pudiéndose constituir en uno más de los motores de la economía nacional y territorial.

Para que el sistema agroalimentario panameño logre estar a la altura de estas circunstancias y cumplir con el importante papel que le toca jugar en la recuperación económica, debe fortalecer sus procesos de las buenas prácticas, agrícolas, ganaderas, manufactureras y gerenciales en aras no solo de lograr producir y comercializar buenos productos de calidad, sino de tener la opción de demostrarlo mediante las diversas certificaciones y la trazabilidad de sus procesos.

Históricamente, en Panamá la industria alimentaria, como la industria en general, han sufrido un retraso en su desarrollo que se manifiesta, en el concierto de las naciones de América Latina y el Caribe, como uno de los países con los más bajos niveles de agregación de valor y de industrialización de los productos provenientes del agro nacional. Adicionalmente, durante todos estos años, la ausencia de políticas de Estado y la prevalencia de complejos sistemas de tramitología y de dificultades en el acceso a la tecnología, a las fuentes de crédito y a la asistencia técnica, se han constituido en barreras a la entrada para las múltiples micro, pequeñas y medianas empresas agroalimentarias.

La agregación de valor y la transformación industrial de los productos y las materias primas, congrega más eslabonamientos, mayores procesos y el involucramiento de otros actores. Todo lo cual requiere el acceso a mayores recursos de inversión, conocimiento, asistencia técnica, capacitación, uso de tecnologías digitales de la información y de las comunicaciones, desarrollo de capacidades operativas, administrativas, gerenciales y de la identificación y aprovechamiento de los mercados.

Las orientaciones contenidas en la Política Nacional de Competitividad Industrial del Ministerio de Comercio e Industria (MICI) y especialmente la implementación exitosa, a nivel nacional, del Proyecto de Agroindustria Competitiva para el Impulso y Fortalecimiento de la Competitividad a MIPYMES Agroindustriales del país, señalan la ruta para transitar rápido y bien hacia un estadio superior para incorporarse a una tendencia mundial de bienestar alimentario y competitivo que demanda la recuperación económica y social post Covid-19 y la necesidad de establecer modelos incluyentes y sostenibles.

Este proyecto reforzó el objetivo de facilitar el desarrollo competitivo de las micro, pequeña y medianas empresas agroindustriales de Panamá, incrementando su productividad y vinculación a mercados nacionales e internacionales, a través de la capacitación y asistencia técnica especializada, la innovación, el desarrollo empresarial, la gestión de financiamiento y la sanidad e inocuidad de los alimentos. Como institución de cooperación, al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), nos correspondió aportar un grano de arena en este último tema de las sanidades e inocuidad de los alimentos.

El proceso será largo para continuar reforzando estas capacidades e incorporar a muchas más micro, pequeñas y medianas agroindustrias, pero debió empezar por un primer proyecto piloto, que hoy debido a sus resultados altamente positivos y a las lecciones que se han aprendido, la curva del aprendizaje y de su ampliación que abarque a muchos más actores, se ha identificado y seguramente será potenciada en beneficio del País y de reconocer que el agro y la agroindustria nacional recobrarán sus amplios aportes a la economía nacional y a la sociedad entera y, seguramente, a constituirse en uno de los motores de impulso de la recuperación económica y social post Covid-19.



[1] Dr. en Economía y Representante en Panamá del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).